Llevar una dieta equilibrada y evitar aquellos excesos que te hacen mal, es una de las claves para tener una vida saludable. Mejorar esta situación es muy fácil, solo es cuestión de informarse correctamente y de una pizca de actitud.
¡Lo sabes! Tener una vida sana depende de ti y del modo en que cuidas tu organismo, tu cuerpo. Cambiando tus hábitos alimenticios, realizando actividad física, unas horas más descanso, y con un plan alimentario brindado por un profesional podrás lograr llevar una vida muchísimo más saludable.
Hemos preparado unos tips prácticos para mantener una vida saludable
- Mezclar y alimentarse de forma diaria de alimentos de todos los grupos.
- Cambiar tu lista de la compra e incluye alimentos más naturales y sanos. Las verduras, las hortalizas y las frutas van a ser tus mejores aliados, no lo olvides.
- Efectuar 4 comidas al día (desayuno, almuerzo, merienda y cena) incluyendo en los mismos alimentos tales como: verduras, frutas, legumbres, cereales, leche, yogur o queso, huevos, carnes y aceites
- Practicar al menos 30 minutos de actividad física para mantener una vida activa. Por ejemplo, sal a correr o caminar para ver como tu salud mejora notablemente. Y si no puedes, haz ejercicios en casa.
- Crear el espacio y tiempo para comer tranquilo
- Tratar de elegir alimentos preparados en tu casa en lugar de aquellos procesados, ni tampoco precocinados. Decántate por productos animales y vegetales frescos.
- Hidratarse bien. Por lo menos, beber al menos 2 litros de líquidos, sin azúcar, por día. Preferentemente agua.
- Utilizar agua potable para lavar los alimentos y cocinar.
- Consumir 5 porciones de frutas y verduras por día. Combina tipos y colores.
- Ingerir al menos medio plato de verduras en el almuerzo y otra en la cena. Su consumo previene el riesgo de padecer obesidad, diabetes y otras enfermedades.
- Bajar el uso de sal y el consumo de alimentos con alto contenido de sodio. Opta por condimentos como la pimienta, perejil, ají, pimentón, orégano.
- Pon un límite al consumo de bebidas azucaradas y aquellos alimentos que contengan un elevado nivel de grasas, azúcar y sal.
- Limitar el consumo de manteca, margarina, grasa animal y crema de leche.
- Incorporar a tu dieta diaria el consumo de lácteos, como leche, yogur o queso, en lo posible descremados.
- Elegir quesos blandos antes que duros y aquellos que tengan menor contenido de grasas y sal
- Ante de consumir carnes, intenta eliminarla grasa visible y suma más pescado a tu menú.
- Agrega legumbres, cereales integrales, papa, batata, choclo o mandioca a tus hábitos alimenticios.
- Cocinar las carnes hasta que no queden zonas rojas o rosadas en su interior previene muchas de las enfermedades transmitidas por alimentos
- Consumir habitualmente frutas secas o semillas. Al menos una vez por semana
- Ten presente, que las frutas y verduras de estación son más accesibles y de mejor calidad
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